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Proyecto europeo “Estrategias para la educación y el cuidado de los jóvenes para la atención profesional a los problemas psicológicos”
CONCEPTO Y OBJETIVOS
Proyecto de asociación a pequeña escala Sector de la formación profesional
Duración: 14 meses (01/10/2024 – 31/10/2025)
Financiado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea
Financiado por la Unión Europea. Las opiniones y puntos de vista expresados solo comprometen a su(s) autor(es) y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea o los de la Agencia Ejecutiva Europea de Educación y Cultura (EACEA). Ni la Unión Europea ni la EACEA pueden ser considerados responsables de ellos.
La salud mental es un tema que preocupa mucho a los estudiantes de hoy en día. Esto se debe en gran medida a que hoy en día se investiga más que nunca sobre la salud mental y a que existe una mayor concienciación general al respecto. Sin embargo, también hay pruebas de que la incidencia de los problemas de salud mental va en aumento. Se trata de una preocupación importante en los colegios y centros educativos porque las enfermedades mentales no tratadas (como la depresión, la ansiedad, el TDAH, los trastornos por consumo de sustancias, etc.), además de plantear riesgos para la salud, pueden tener un impacto profundamente negativo en el aprendizaje y el rendimiento de los alumnos.
Desgraciadamente, muchos colegios y centros educativos carecen de recursos suficientes para abordar adecuadamente los problemas de salud mental: incluso las enfermeras de los centros escolares, los psicólogos o los asesores pedagógicos, no siempre reciben una formación completa sobre intervención en salud mental. La mayoría de los docentes carecen de formación acerca de cómo manejar eficazmente situaciones delicadas, cuando se detectan posibles problemas de salud mental en el aula.
Dado que a menudo actúan como “primeros interlocutores” para sus alumnos, los docentes se encuentran en una posición única para marcar la diferencia en la vida de estos niños o adolescentes. La mayoría mostrarán o actuarán con comportamientos exagerados en algún momento de su desarrollo. Los arrebatos emocionales y las rabietas son una parte normal de la vida de estos niños o adolescentes y no se les debe reprender por tratar de elaborar sus sentimientos antes de que sus capacidades cognitivas estén completamente formadas, siempre que el comportamiento no perjudique a nada ni a nadie. Sin embargo, llega un momento en que los alumnos de entre 15 y 18 años superan de forma natural ciertos comportamientos y cuando estos alumnos siguen mostrando comportamientos desafiantes, se convierte en un problema de comportamiento continuo. Si los problemas de comportamiento, como los arrebatos de ira, la ansiedad elevada o la violencia, persisten más allá de la etapa de la primera infancia, puede haber llegado el momento de evaluar al adolescente en busca de signos de enfermedad mental. Los problemas de comportamiento o emocionales no tratados o no abordados repercuten negativamente en el éxito escolar del alumno.
Las alteraciones del comportamiento se refieren a situaciones en las que un alumno parece elegir conscientemente su comportamiento o sus respuestas, como desafiar a un profesor, mentir, tener desórdenes alimentarios o intimidar. Aunque estos comportamientos pueden parecer muy difíciles de controlar para un individuo, no se consideran involuntarios. Los problemas mentales y de conducta suelen ir de la mano: una persona que sufre depresión o trastorno bipolar puede desarrollar conductas como la anorexia, autolesionarse o mostrarse desafiante.
Por ello, perseguimos los siguientes objetivos:
• Sensibilizar a los responsables de la política educativa sobre los riesgos y las estrategias de moderación de estas conductas.
• Crear una micro formación acreditativa del profesorado consistente en estrategias para afrontar los comportamientos de los alumnos con trastornos mentales y de conducta.
• Aumentar la resiliencia mental de los estudiantes de entre 15 y 18 años
• Disminuir el posible abandono de los estudios y el consumo de drogas y alcohol entre los estudiantes con trastornos mentales o de conducta.
GRUPOS DESTINATARIOS
El grupo de docentes tiene entre 25 y 63 años. Recibirán formación sobre cómo reconocer y reaccionar en caso de que se detecten síntomas de alteraciones del comportamiento. Si los problemas de comportamiento, como los arrebatos de ira, la ansiedad elevada o la violencia, persisten más allá de la etapa infantil, es el momento de examinar al adolescente para detectar signos de enfermedad mental. Los problemas de comportamiento o emocionales no tratados o no abordados repercuten negativamente en el éxito escolar de los adolescentes. Los problemas mentales y de comportamiento suelen ir de la mano; alguien que sufre depresión o trastorno bipolar, normalmente desarrolla otros comportamientos como la anorexia, autolesiones u oposición desafiante.
Un grupo específico de 190 docentes participará en el proceso de esta formación directa para mejorar su cualificación en las estrategias dirigidas a alumnos con trastornos mentales y de conducta.
Los requisitos de selección de los profesores implicados son
• Edad: entre 25 y 63 años (en la medida de lo posible, intentaremos que haya el mismo número de jóvenes de ambos sexos).
• Entorno laboral: docentes, pero también pueden ser asesores pedagógicos y tutores de recursos.
• Dominio de una de las lenguas de los socios del proyecto.
• Competencias digitales básicas para trabajar con materiales de formación electrónica
• Disponibilidad de tiempo para dedicar al proyecto y a la ejecución de la formación
• Conocimientos básicos de informática, Internet y cumplimentación de formularios de opinión en línea.
• El mecanismo de validación consistirá en una evaluación previa y posterior basada en casos concretos mediante una herramienta específica.
• Se facilitará a los participantes un cuestionario de recogida de impactos para evaluar la aplicabilidad de la formación y los resultados del proyecto.
Los adolescentes (estudiantes de formación profesional de entre 15 y 18 años) y sus familias deberán ser informados sobre las opciones disponibles en el sistema sanitario, y debe mejorarse el acceso a dichos servicios. Mediante la cooperación con los centros educativos y la búsqueda de apoyo y colaboración con los trabajadores sociales y psicólogos escolares, los médicos pueden ayudar a los profesores a identificar los factores de estrés en el entorno escolar y reducir los riesgos para los niños y adolescentes en ese entorno.
Gracias a la colaboración entre 94 SU, AMPAT y el equipo del BIST desarrollará una nueva formación digital acreditativa, que reforzará aún más la cualificación de los docentes y la resiliencia de los estudiantes en materia de salud mental. Saber cómo abordar y dar cabida a las diferentes necesidades de los estudiantes, puede ayudar a hacer del aula un lugar más seguro, donde los estudiantes se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y desafíos. Es útil que el personal docente sepa cómo abordar los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos y mitigar el estrés causado por la presión académica. Dado que los estudiantes pasan gran parte de su tiempo en un centro educativo, un profesor de confianza puede convertirse en un recurso y un apoyo inestimables para los alumnos con dificultades.
RESULTADOS DEL PROYECTO
Formación de docentes mediante microcréditos sobre estrategias para afrontar este tipo de situaciones y conducta adaptativa hacia los alumnos afectados por trastornos psicológicos
Vídeos educativos para concienciar a los estudiantes sobre su salud mental y sobre cómo y dónde buscar ayuda. Comunidad de práctica docente en Bulgaria y España
Gracias a esta formación capacitaremos a nuestros docentes para que sean capaces de valorar al individuo, implicándole en actividades de trabajo en equipo y analizando los resultados positivos y buscando motivarle. Por lo tanto, los profesores serán capaces de personalizar los itinerarios de aprendizaje y definir las expectativas del programa en cooperación con el alumno y cómo fomentar la independencia de los estudiantes y mostrarles cómo hacer frente a sus trastornos mentales o de comportamiento, incluida la prestación de apoyo adicional (si es necesario y lo solicitan) de otros profesionales como psicólogos, psiquiatras o trabajadores sociales.
Teniendo en cuenta las elevadas tasas de prevalencia de los problemas de salud mental en los adolescentes y su importancia para el desarrollo escolar de los jóvenes, así como la escasa utilización de los servicios de respaldo asociados que prestan los sistemas sanitarios en Bulgaria y en España, los riesgos de los problemas de salud mental deben detectarse en una fase temprana y reducirse mediante medidas preventivas.
El resultado final de la actividad será la formación avanzada y cualificada para todo tipo de personal docente en cualquier tipo de centro escolar, acerca del tema de los problemas y trastornos del bienestar mental en adolescentes con trastornos psicológicos.